El Exilio y Asesinato de Maximiliano Hernández Martínez: Un Relato Detallado

Maximiliano Hernández Martínez, una figura prominente y controvertida en la historia de El Salvador, gobernó como presidente desde 1931 hasta 1944. Su mandato estuvo marcado por un gobierno autoritario y eventos significativos que moldearon el panorama político del país, incluyendo la represión de un levantamiento campesino en 1932 conocido como "La Matanza". Tras ser forzado a renunciar en 1944, Martínez se exilió en Honduras, donde vivió hasta su trágica muerte en 1966. Este artículo explora en profundidad las circunstancias de su partida de El Salvador, su vida en Honduras, los detalles de su asesinato y su posterior entierro, ofreciendo un relato completo del capítulo final de su vida.

Partida de El Salvador

En 1944, después de más de una década en el poder, Maximiliano Hernández Martínez enfrentó una creciente oposición de diversos sectores de la sociedad salvadoreña. Su intento de extender su presidencia más allá de los límites constitucionales desató una ola de descontento. En abril de 1944, un levantamiento armado fracasó en derrocarlo, pero la represión violenta que siguió, incluyendo la muerte de manifestantes, intensificó las protestas. Los estudiantes universitarios, en particular los estudiantes de medicina, organizaron acciones simbólicas, como usar corbatas negras en señal de luto por las víctimas. Estas tensiones culminaron en una huelga general que paralizó el país. El 9 de mayo de 1944, bajo una presión abrumadora, Martínez renunció a la presidencia, poniendo fin a su régimen dictatorial.

Tras su renuncia, Martínez abandonó El Salvador por vía terrestre hacia Guatemala, donde fue recibido por su hermano Guadalupe. Posteriormente, viajó a Estados Unidos antes de establecerse permanentemente en Honduras, donde pasaría los últimos 22 años de su vida.

Vida en el Exilio en Honduras

En Honduras, Martínez arrendó la hacienda Jamastrán, ubicada cerca de Danlí, en el departamento de El Paraíso. Allí, se dedicó a la agricultura, enfocándose principalmente en el cultivo de algodón. Vivía en relativa oscuridad, alejado de la vida pública que había caracterizado su carrera en El Salvador. Su esposa, Concepción Monteagudo, había fallecido años antes, y sus hijos permanecían en El Salvador, por lo que Martínez vivía solo en la hacienda. Durante su exilio, solo visitó El Salvador en una ocasión, durante la presidencia del Teniente Coronel Óscar Osorio (1950-1956). En su vida diaria, Martínez dependía de un chofer, José Cipriano Morales, quien se convirtió en una figura de confianza en su entorno.

A pesar de su aislamiento, Martínez mantuvo un estilo de vida austero, acorde con sus hábitos personales. Durante su presidencia, era conocido por su dieta basada en maíz, frijoles y verduras, y por abstenerse de consumir carne o bebidas alcohólicas. Estas características probablemente continuaron definiendo su vida en el exilio, aunque la información sobre esta etapa es limitada debido a su bajo perfil (elsalvador.com).

Asesinato

El 15 de mayo de 1966, a los 83 años, Maximiliano Hernández Martínez fue asesinado en su hogar en la hacienda Jamastrán, cerca de Danlí, Honduras. El perpetrador fue su chofer, José Cipriano Morales, quien lo apuñaló 19 veces en la espalda. Según los informes, el motivo del crimen fue una disputa laboral: Morales, en estado de ebriedad, exigió el pago de un salario atrasado, y al ser rechazado, la discusión escaló hasta convertirse en un acto de violencia. Tras cometer el asesinato, Morales huyó a El Salvador, pero fue capturado por la Guardia Nacional en San Miguel, donde confesó el crimen. También se sospechó de la complicidad de un cocinero que trabajaba en la hacienda, pero este huyó y su paradero permaneció desconocido.


El cuerpo de Martínez fue descubierto por uno de sus hijos en una bañera, en estado de descomposición, lo que sugiere que pasaron varios días antes de que se encontrara. Inicialmente, algunos informes, como uno publicado por The New York Times el 18 de mayo de 1966, sugirieron que el motivo del asesinato pudo haber sido un robo, pero la evidencia apunta principalmente a la disputa laboral como la causa principal (The New York Times).

Detalles del Asesinato

Información

Fecha

15 de mayo de 1966

Lugar

Hacienda Jamastrán, Danlí, El Paraíso, Honduras

Causa de Muerte

Asesinato por apuñalamiento (19 heridas en la espalda)

Perpetrador

José Cipriano Morales, chofer

Motivo

Disputa laboral por salario no pagado

Acciones Posteriores

Morales huyó a El Salvador, fue capturado y confesó

Complicidad

Sospecha de un cocinero, cuyo paradero es desconocido

Descubrimiento

Cuerpo encontrado en una bañera por un hijo, en descomposición

Repatriación y Entierro

Tras su muerte, el cuerpo de Martínez fue repatriado a El Salvador en un avión de la Fuerza Aérea Hondureña, que aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ilopango. Fue enterrado en el Cementerio de Los Ilustres, una sección del Cementerio General de San Salvador reservada para figuras destacadas de la historia del país, como expresidentes, escritores y artistas. Curiosamente, su tumba no está marcada, un detalle que refleja la naturaleza controvertida de su legado y su discreto final.

El Cementerio de Los Ilustres, originalmente conocido como Cementerio General de San Salvador cuando comenzó su construcción en 1848, alberga los restos de personajes como Francisco Morazán, Gerardo Barrios y Farabundo Martí. La tumba sin marcar de Martínez contrasta con los elaborados mausoleos y esculturas de mármol blanco que caracterizan este camposanto, lo que añade un elemento de enigma a su historia.

Conclusión

La vida y muerte de Maximiliano Hernández Martínez siguen siendo temas de interés histórico y debate en El Salvador. Su presidencia estuvo marcada por iniciativas de desarrollo, como la creación del Banco Central de Reserva y la construcción de tramos de la Carretera Panamericana, pero también por una represión severa, especialmente durante "La Matanza" de 1932, donde miles de campesinos indígenas fueron asesinados. Su exilio en Honduras y su asesinato en 1966 proporcionan un cierre trágico a una carrera política compleja. Enterrado en una tumba sin marcar en el Cementerio de Los Ilustres, el lugar de descanso final de Martínez refleja la polarización de su legado, con algunos viéndolo como un líder fuerte y otros como un dictador responsable de abusos contra los derechos humanos (Encyclopedia.com; Diario Co Latino).

Si te ha gustado este articulo, te invito a leer también sobre la Huelga de Brazos Caídos: La Estrategia Pacífica que Hizo Caer al General Martínez en El Salvador.