El Misterio de la Ouija

El Verdadero Origen de la Ouija: Entre el Espiritismo, el Comercio y el Misterio Duradero

El tablero Ouija. Pocos objetos evocan una mezcla tan potente de curiosidad, nostalgia y, para algunos, un escalofrío de temor. Su imagen está grabada en la cultura popular: la planchette deslizándose sobre letras pulidas, deletreando mensajes de un supuesto más allá. A menudo se le envuelve en un aura de antigüedad, como si fuera un portal heredado de eras místicas olvidadas. Sin embargo, la historia real del origen de la Ouija es una fascinante crónica tejida con los hilos del fervor espiritualista del siglo XIX, el agudo sentido comercial estadounidense y un toque de misterio que perdura hasta nuestros días. Desmitifiquemos su nacimiento y exploremos cómo un invento patentado se convirtió en un icono cultural.

El Caldo de Cultivo: El Auge del Espiritismo en el Siglo XIX

Para comprender de dónde surge la Ouija, debemos transportarnos a la segunda mitad del siglo XIX, particularmente en Estados Unidos y Europa. Era una época de profundos cambios sociales, científicos y tecnológicos, pero también de una intensa búsqueda espiritual. El movimiento espiritista estaba en pleno apogeo, capturando la imaginación de millones de personas de todas las clases sociales. La premisa central era simple pero poderosa: los vivos podían comunicarse con los espíritus de los muertos.

En salones tenuemente iluminados, se realizaban sesiones espiritistas donde médiums afirmaban canalizar mensajes del otro lado. Se popularizaron diversas técnicas: desde los enérgicos golpes en la mesa (table-tipping) hasta la escritura automática, pasando por el uso de rudimentarios tableros parlantes caseros. La fascinación era palpable, alimentada por el deseo de contactar a seres queridos perdidos, buscar guía o simplemente explorar los límites de la existencia. Este fervor colectivo creó el escenario perfecto para la llegada de una herramienta que prometía facilitar y democratizar esa anhelada comunicación.

La Chispa Comercial: Nacimiento de la Kennard Novelty Company

Mientras el espiritismo florecía como fenómeno cultural y espiritual, también despertó el interés de mentes emprendedoras. En la ciudad de Baltimore, Maryland, un grupo de inversores vio el potencial comercial de crear un "tablero parlante" más eficiente y atractivo que las versiones caseras existentes. Encabezados por el empresario Charles Kennard, fundaron la Kennard Novelty Company alrededor de 1890 con un objetivo claro: capitalizar la moda espiritista.


La patente de La Ouija


Junto a Kennard se encontraba una figura clave: Elijah Bond, un abogado local. Ellos, junto a otros socios, no eran necesariamente devotos espiritistas buscando una herramienta sagrada, sino pragmáticos hombres de negocios que identificaron una demanda en el mercado y se propusieron satisfacerla con un producto novedoso y bien diseñado.

El Diseño que Conquistó el Mercado

El tablero que concibieron era ingeniosamente simple y directo: una superficie plana impresa con todas las letras del alfabeto, los números del 0 al 9, y las palabras cruciales "SÍ", "NO" y, significativamente, "ADIÓS". Se acompañaba de una planchette, un pequeño puntero de madera, generalmente en forma de lágrima o corazón, con una ventana o un alfiler para señalar las letras. La idea era que los participantes colocaran las yemas de los dedos sobre la planchette y esta se movería, supuestamente impulsada por fuerzas espirituales, para deletrear mensajes. Este diseño estandarizado era mucho más práctico y legible que los métodos anteriores.

La Patente que lo Cambió Todo: Febrero de 1891

La Kennard Novelty Company no se contentó con crear el tablero; querían proteger su invención. Fue Elijah Bond quien, el 10 de febrero de 1891, obtuvo la patente estadounidense número 446,054 para su "Talking Board" o tablero parlante. Este documento es la partida de nacimiento oficial y comercial de la Ouija. Marca el momento en que dejó de ser una idea o un prototipo para convertirse en un producto legalmente reconocido y protegido, listo para su producción y venta masiva. La invención de la Ouija, por lo tanto, está ligada de forma indeleble a esta fecha y a la visión comercial de Bond y Kennard.

El Enigma del Nombre: ¿Qué Significa Realmente "Ouija"?

Incluso el nombre "Ouija" está envuelto en su propia nebulosa de historias y posibles estrategias de marketing. La versión oficial, contada por el propio Kennard, es que durante una sesión con el tablero, le preguntaron cómo debería llamarse. Supuestamente, la planchette deletreó "O-U-I-J-A" y, al preguntar qué significaba, respondió "Buena Suerte". Se llegó a afirmar, de forma totalmente infundada, que era una palabra egipcia antigua con ese significado.

Otra teoría muy popular, y a menudo repetida, sugiere que el nombre es una combinación de la palabra francesa para "sí" (Oui) y la palabra alemana para "sí" (Ja). Aunque fonéticamente plausible, no hay pruebas contundentes que respalden esta etimología, y parece más una explicación a posteriori.

Lo más probable es que "Ouija" fuera simplemente un nombre que sonaba exótico, misterioso y fácil de recordar, elegido cuidadosamente por sus creadores para añadirle un toque de intriga y atractivo comercial al producto. El misterio sobre su origen exacto solo contribuyó a la mística del tablero.

El Reinado de William Fuld: De Empleado a Magnate de la Ouija

Si Kennard y Bond fueron los padres fundadores, William Fuld fue el hombre que convirtió la Ouija en un nombre familiar. Fuld comenzó como empleado en la Kennard Novelty Company, pero con el tiempo, y a través de maniobras comerciales, acabó tomando el control total de la producción y los derechos del tablero Ouija.

Fuld fue un genio del marketing para su época. Promocionó la Ouija incansablemente, no solo como una herramienta para contactar espíritus, sino también como un juego de salón divertido y misterioso para toda la familia. Patentó numerosas variaciones y mejoras bajo su propio nombre, y durante décadas, su compañía fue sinónimo de la Ouija. Su éxito fue tal que, hasta el día de hoy, muchos creen erróneamente que Fuld fue el inventor original. Su influencia fue decisiva en la popularización masiva de la Ouija durante la primera mitad del siglo XX.

De Juego Inofensivo a Símbolo Oculto: La Evolución de la Percepción

Durante décadas, la Ouija disfrutó de una imagen relativamente benigna. Se jugaba en reuniones sociales, se consideraba una curiosidad intrigante o una herramienta legítima dentro de los círculos espiritistas. Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XX, su percepción comenzó a oscurecerse.

El auge de la psicología ofreció explicaciones alternativas para el movimiento de la planchette (como el efecto ideomotor). Al mismo tiempo, la cultura popular, especialmente el cine de terror (con ejemplos icónicos como la película "El Exorcista" de 1973), comenzó a retratar la Ouija como un portal peligroso, una puerta de entrada para entidades malévolas y posesiones demoníacas. Esta representación caló hondo en la conciencia colectiva, y lo que antes era un juego de salón pasó a ser visto por muchos con sospecha y temor, asociándose firmemente con el ocultismo.

Un Legado Persistente: La Ouija en la Actualidad

Tras la muerte de William Fuld, los derechos de la Ouija pasaron por varias manos. En 1966, la compañía de juegos Parker Brothers adquirió la marca y continuó su producción. Finalmente, en 1991, Hasbro Inc. compró Parker Brothers, convirtiéndose en el actual propietario de los derechos de la Ouija. A pesar de los cambios de propiedad y las controversias, el tablero sigue fabricándose y vendiéndose hoy en día, testimonio de su increíble arraigo cultural.

Conclusión: Desmitificando el Origen de la Ouija

La historia del origen de la Ouija nos aleja de mitos ancestrales y nos sumerge en la vibrante y, a veces, extraña intersección entre la búsqueda espiritual, la innovación comercial y la cultura popular de finales del siglo XIX y principios del XX. No fue desenterrada de una tumba egipcia ni conjurada en un ritual arcano, sino patentada como un producto en Baltimore, Maryland, en 1891.

Nacida del fervor espiritista, impulsada por el olfato comercial de hombres como Kennard, Bond y, sobre todo, Fuld, y transformada por las narrativas culturales posteriores, la Ouija sigue siendo un objeto fascinante. Es un espejo que refleja nuestras esperanzas, miedos y la eterna pregunta sobre qué hay más allá del velo. Su verdadero origen, firmemente anclado en la historia y el comercio, no le resta ni un ápice de su enigmático poder de atracción.

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