Artesanías de barro negro en Morazán El Salvador


Guatajiagua, El Salvador: Corazón del Barro Negro y Último Refugio del Lenca Potón

En las tierras altas del departamento de Morazán, en El Salvador, se encuentra Guatajiagua, un municipio cuyo nombre resuena con ecos ancestrales y el laborioso moldear de la tierra. Conocido como la Capital del Barro Negro Artesanal, este lugar no es solo un centro de producción cerámica única, sino también un bastión cultural de invaluable importancia, al ser el último rincón del país donde aún palpita la lengua Lenca salvadoreña.

Un Viaje a Través del Tiempo: Historia de Guatajiagua

La historia de Guatajiagua hunde sus raíces profundamente en el pasado precolombino. Según los registros, fueron los Lencas, pueblo indígena de gran presencia en la región oriental de El Salvador y Honduras, quienes fundaron la localidad alrededor del año 1543. Su nombre mismo, derivado de voces lencas, nos habla de su geografía y quizás de sus antiguas vocaciones agrícolas.

Etimología: El Valle del Tabaco

El nombre "Guatajiagua" es en sí mismo una ventana a su pasado. La investigación "Cultura Lenca de Guatajiagua" de Consuelo Roque y Manuel Antonio Ramírez Suárez desglosa su posible significado:

 - "Igua": Tabaco

 - "Ta": Cultivo

 - "Yagua": Valle

Así, Guatajiagua podría traducirse como “Valle con cultivos de tabaco” o, en otra interpretación, “Cerro de tabaco”. A lo largo de su historia, también ha sido conocido por variantes como “Guatalia”, “Guatoxia”, “Guatanyiba” o “Guataxiagi”, reflejando quizás la evolución fonética o distintas percepciones del lugar.

De Asentamiento Lenca a Ciudad

Tras su fundación, Guatajiagua se integró en la organización administrativa colonial y republicana. Para 1786, formaba parte del Partido de Gotera (hoy San Francisco Gotera, cabecera de Morazán). Con la independencia y la formación departamental, en 1826, Guatajiagua pasó a formar parte integral del departamento de Morazán.

El municipio se convirtió también en un punto de encuentro para otras comunidades lencas, acogiendo a habitantes de vecindades como Tocorrostique y Arantique. Hacia finales del siglo XIX, su población ya rondaba los 2,600 habitantes, mostrando un crecimiento constante.

El reconocimiento oficial a su desarrollo llegó en el siglo XX. El 7 de abril de 1905, bajo la presidencia de Pedro José Escalón, se le otorgó el título de Villa, según consta en el Diario Oficial del 15 de abril de ese año. Su progreso continuó, y el 13 de agosto de 1928, Guatajiagua alcanzó el título de Ciudad, un hito que refleja su creciente importancia social y económica.

El Alma de la Tierra: La Artesanía del Barro Negro

Si hay algo que define la identidad contemporánea de Guatajiagua, es su artesanía de barro negro. Esta no es una simple actividad económica, sino un legado cultural transmitido celosamente de generación en generación. Las manos de los artesanos locales transforman el barro arcilloso en piezas únicas, principalmente comales y ollas, que son apreciadas en todo El Salvador por su belleza rústica, durabilidad y la conexión que representan con las tradiciones culinarias ancestrales.

El característico color negro azabache de estas piezas no es producto de esmaltes industriales, sino de un proceso orgánico y ancestral. Se utiliza la semilla del árbol de nacascolo, un árbol nativo de la región de Morazán. Al moler estas semillas y aplicar el tinte natural durante el proceso de quema, el barro adquiere esa tonalidad oscura y profunda que lo distingue.

La cuna Lenca en Guatajiagua, Morazán

Figuras como Leonor Pérez de Álvarez son testimonio vivo de esta tradición, reconocida como una de las artesanas más antiguas que aún dedica su vida a moldear el barro negro, manteniendo viva la llama de este arte ancestral. La producción artesanal no solo preserva una herencia cultural, sino que también sustenta a muchas familias de la localidad.

La Voz Ancestral: El Lenca Potón en Guatajiagua

Más allá del barro, Guatajiagua custodia otro tesoro cultural de incalculable valor: es el único municipio en El Salvador donde aún sobrevive el idioma Lenca salvadoreño, conocido también como Lenca Potón. Esta lengua, que antaño resonaba en gran parte del oriente salvadoreño, ha ido perdiendo hablantes de forma dramática.

Si bien la investigación de Roque y Ramírez Suárez en 2004 registraba entre 10 y 20 conocedores de la lengua, la situación se ha vuelto crítica. Para 2023, las crónicas periodísticas y los estudios lingüísticos señalan a Mario Salvador Hernández como el último hablante fluido conocido del Lenca Potón en el país. Don Mario, quien aprendió el idioma de su abuela, se ha convertido en un símbolo de resistencia cultural y un dedicado guardián de esta herencia lingüística.

Consciente de la urgencia, Mario Salvador Hernández, en colaboración con la Universidad de El Salvador, emprendió hace años la tarea de crear material didáctico para intentar transmitir el idioma a las nuevas generaciones. Fruto de este esfuerzo son las cartillas “Potón Piau” (Habla Potón), diseñadas para la enseñanza básica. Aunque escritas hace dos décadas, Don Mario sigue utilizando y promoviendo estas cartillas, realizando lecturas en voz alta y compartiendo su conocimiento con orgullo. Sus palabras, recogidas por la prensa, resumen su sentir: “Soy Salvador, soy indígena lenca. Me siento orgulloso de ser lo que soy”. La supervivencia del Lenca Potón depende ahora, en gran medida, de estos esfuerzos de revitalización y del interés que puedan despertar en la comunidad.

Tradiciones Vivas: Fiestas y Costumbres

La vida comunitaria en Guatajiagua se ve marcada por sus celebraciones tradicionales. Las fiestas patronales principales se celebran con gran fervor del 18 al 20 de enero, en honor a San Sebastián Mártir. Otra fecha importante en el calendario festivo es el 2 de febrero, día dedicado a la Virgen de Candelaria.

Estas festividades son una explosión de color y alegría. Se realiza el tradicional Desfile del Correo, que anuncia el inicio de las fiestas, seguido de diversas actividades socioculturales, conciertos, la elección y coronación de la reina del municipio, y la instalación de juegos mecánicos que atraen a visitantes de los alrededores. Son momentos en los que la comunidad se une para celebrar su fe, su cultura y su identidad.

Explorando Guatajiagua: Atractivos Turísticos

Si bien Guatajiagua es principalmente conocido por su cultura, también ofrece atractivos para los amantes de la naturaleza y el ecoturismo.

Cascada El Salto

A tan solo un kilómetro del casco urbano, se encuentra la Cascada El Salto. Para llegar a ella, es necesario emprender una caminata rodeada de la exuberante vegetación característica de Morazán. El recorrido es en sí mismo una experiencia gratificante para quienes disfrutan del contacto con la naturaleza, culminando con la refrescante vista y el sonido del agua al caer. Este paraje natural es uno de los tesoros escondidos que Guatajiagua ofrece a sus visitantes.

Además de la cascada, el simple hecho de recorrer el municipio y sus alrededores permite apreciar los paisajes montañosos de Morazán y, con suerte, visitar alguno de los talleres donde los artesanos dan vida al barro negro.

Guatajiagua en Datos: Geografía y Demografía

 - Superficie: El municipio abarca un área territorial de 79.77 km².

 - Altitud: La cabecera municipal se sitúa a 240 metros sobre el nivel del mar.

 - Población: Según el último censo oficial realizado en 2007, Guatajiagua contaba con más de 11,000 habitantes. Es probable que esta cifra haya variado, pero da una idea de la escala del municipio.

 - División Administrativa: Para su gestión, el municipio se divide en 6 cantones y 29 caseríos.

 - Límites Geográficos: Guatajiagua colinda:

  - Al Norte: con Yamabal y Ciudad Barrios (San Miguel).

   - Al Este: con Yamabal.

   - Al Sur: con San Miguel y Chapeltique (ambos del departamento de San Miguel).

   - Al Oeste: con Ciudad Barrios y Chapeltique (ambos de San Miguel).

Un Legado Vivo

Guatajiagua es mucho más que un municipio en el mapa de El Salvador. Es un crisol donde la historia ancestral, la habilidad artesanal y la resistencia cultural se entrelazan. Desde el brillo oscuro de sus cerámicas hasta la sonoridad casi extinta de la lengua Lenca Potón, pasando por la alegría de sus fiestas y la belleza de sus paisajes, Guatajiagua representa una parte vital y única del patrimonio salvadoreño, un legado que lucha por mantenerse vivo frente a los desafíos del tiempo moderno.

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