Chasca La Virgen del Agua en Ahuachapan
La Leyenda de Chasca
Ya escribimos y recuerdan que la bella princesa Chasca estaba prometida a Zutuhil, pero amigos, el destino y el corazón no se mandan con decretos y pactos de reinos o tribus, reyes o grandes señores, no... el corazón lo mueve el amor y este es el que aparecería en el de la bella princesa, además el destino tampoco lo dominan estos nobles, ya que Chasca conocería a un joven y fuerte pescador; aquel pescador se llamaba Acayetl y provenía de la isla de Zanate. Los días fueron pasando y los jóvenes Chasca y Acayetl se enamoraron... vaya problema eh, una princesa y un pescador enamorados mutuamente.
El joven pescador le cantaba canciones de amor desde su pequeña embarcación y Chasca le escuchaba apaciblemente al cantar de su enamorado, de esta manera los días pasaron y el amor de los jóvenes continuo y se reforzó: pero la tragedia estaba por llegar para aquellos jóvenes y para su amor sincero. Como lo hacía a diario, la bella Chasca se levantó temprano en busca de su gran amor al lugar donde acostumbraban reunirse, ¡aunque ese día el ambiente amaneció con un aire triste! Chasca corrió al punto donde siempre se encontraba con su enamorado y el viento agitaba y sacudía los piñales, la mañana estaba fría y solitaria, eran un presagio y hacía pensar que solo podía suceder lo peor.
Pachacutec el padre de Chasca, estaba molesto y deseaba darle solución a su problema, así que cumpliría su amenaza ¡Que no era otra que la de asesinar a Acayetl! Entonces el cacique envía un hombre para cumplir su macabra misión; ese hombre llevaba un arco con una flecha envenenada para poner fin a la existencia de Acayetl. Chasca corre en busca de su amor y observa a lo lejos como aparece Acayetl en su canoa, como siempre y de costumbre, a la misma hora después de pescar; iba en busca de su amada para cantarle bellas canciones. Aunque ahora todo sería diferente.
Entre la maleza aparece aquel hombre que había permanecido oculto esperando al joven pescador, en el momento preciso tensa el arco y apunta con la flecha envenenada, el asesino con fatal puntería dispara y da en el blanco... ¡Acayetl cae muerto! La tragedia y el dolor invaden el ambiente, las aguas del mar se tiñen de rojo y un desgarrador grito se escucha... ese grito era de Chasca que impotente ve morir a su amado de una manera terrible.
Los que conocen muy bien, la leyenda afirman que Chasca decidió acompañar a su amado en el viaje hacia la muerte, pues su dolor por la perdida era insuperable, poco tiempo después del asesinato de Acayetl, Chasca vuelve al mismo lugar donde este murió, ¡amarra una enorme piedra a su cuerpo y se lanza al mar! Fatal decisión por un amor incomprendido y no aceptado por los señores de las tribus; el mar, que fue el principal testigo de la tragedia e injusticia, cubrió el cuerpo de Chasca con sus olas hasta desaparecer. De esta manera terminaba un amor sincero en esta tierra destinado a no estar juntos en vida... pero.
Así es estimados amigos lectores, y es que aquí viene lo mágico de la leyenda, una leyenda de El Salvador y Ahuachapán. Pues después de la tragedia de los jóvenes enamorados y las fatales decisiones de su padre que terminaron con la vida de la pareja; ¡Chasca aparece! Por increíble que parezca amigos y según la leyenda, Chasca aparece con un hermoso vestido hecho de plumas, navegando por las aguas de la Barra de Santiago en una canoa blanca. ¿Quién creen que rema esa canoa? Claro, amigos, es ni más ni menos que Acayetl su enamorado, ¿Increíble verdad?
Relatan que esta aparición sucedió durante la primera luna llena después de la tragedia de aquellos jóvenes enamorados y que desde entonces, en las noches de luna llena, se aparecen Chasca y su novio Acayetl en las aguas de La Barra de Santiago; es por esta razón que a Chasca se le conoce como la virgen del agua en la Barra de Santiago. Cuando visites ese lugar presta atención y tal vez logres verlos.
Es así como terminamos con la leyenda de Chasca, la virgen del agua, en la Barra de Santiago de Ahuachapán, pero no te vayas, pues tal vez te interese leer también la leyenda del rió Lempa. Por hoy me despido de ustedes y les espero en una próxima publicación.
Fuente: Miguel Ángel Espino (1967) Mitología de Cuscatlán