José Salvador Alvarenga: El Náufrago Salvadoreño que Sobrevivió 438 Días en el Mar

Imagina estar solo en una barquita, en medio del océano, con el sol quemándote y las olas que no te dan tregua. Sin comida, sin agua, solo tú contra el infinito. Parece una película de aventura, pero para José Salvador Alvarenga, un pescador de El Salvador, fue su realidad durante más de un año. Su historia es tan impresionante que te hace preguntarte: ¿cómo alguien aguanta tanto? Vamos a contarla paso a paso, como si estuviéramos platicando, con todos los detalles que saqué de libros, entrevistas y reportajes. Es una historia de pura garra humana, y te prometo que va a fluir clarita.

De un Pueblo en El Salvador al Pacífico Mexicano

José Salvador Alvarenga nació en 1975 en Garita Palmera, un pueblo pequeño en Ahuachapán, El Salvador. Su familia era sencilla: su papá, José Ricardo Orellana, tenía un molino de maíz y una tiendita; su mamá, María Julia, mantenía la casa unida. José es padre de Fátima, una hija a la que no veía desde que era bebé, y tiene hermanos que se fueron a Estados Unidos buscando una vida mejor. En 2002, con 27 años, la violencia y la pobreza en El Salvador lo empujaron a emigrar a México. Se asentó en Costa Azul, Chiapas, y se convirtió en pescador de tiburones. Lo conocían como “La Chancha”, un hombre fuerte, acostumbrado a lidiar con el mar.

Piénsalo: un salvadoreño lejos de su tierra, sin contacto con su familia, viviendo de lo que el Pacífico le ofrecía. Era un tipo curtido, pero nada lo preparó para lo que venía.

Una Tormenta que lo Cambió Todo

El 17 de noviembre de 2012, José, de 36 años, salió a pescar desde Costa Azul. Iba en una lancha de fibra de vidrio, de apenas siete metros, con Ezequiel Córdoba, un joven de 22 años que no tenía mucha experiencia. El plan era simple: dos días en el mar, cazar tiburones o algún pez grande, y regresar. Llevaban gasolina, una hielera y lo justo para el viaje.

Pero todo se torció. Dos días después, una tormenta los atrapó. El viento era ensordecedor, las olas gigantes. El motor dejó de funcionar, perdieron el rumbo y tuvieron que tirar las redes y el pescado para no hundirse. Quedaron a la deriva en el océano Pacífico, sin brújula ni radio que sirviera. Intentaron pedir ayuda: prendieron fuego a una camisa, gritaron hasta quedarse sin voz. Nadie los vio. En tierra, el jefe de José organizó una búsqueda, pero el mal tiempo la detuvo tras dos días. Así comenzó una pesadilla que nadie podía imaginar.

438 Días de Supervivencia Extrema

José y Ezequiel estuvieron a la deriva por 438 días –más de 14 meses–, recorriendo unos 10.800 kilómetros hasta las Islas Marshall. Es difícil de creer, ¿no? José se convirtió en un sobreviviente de película. Cazaba con las manos: pájaros que se posaban en la lancha, tortugas que atrapaba en el agua, peces que pescaba metiendo los brazos al mar. Comía sus entrañas crudas y bebía su sangre para no deshidratarse. Al principio, recurrieron a su propia orina; luego, recolectaban agua de lluvia con lo que podían. Tiburones rondaban la lancha, a veces la golpeaban, y José los espantaba como podía.

Ezequiel no resistió. Meses después, cayó en una depresión profunda, dejó de comer y murió de hambre y sed. José, con el corazón roto, lo “lanzo” en el mar, prometiendo llevar un mensaje a su familia. Para no enloquecer, hablaba solo, contaba las lunas –llegó a contar 15–. Vio barcos pasar, pero ninguno lo rescató. Pensó en rendirse, pero su fe cristiana lo mantuvo en pie. Soñaba con comida casera, con su hija, con volver a tierra.

Expertos de la Universidad de Hawái confirmaron que las corrientes marinas hicieron posible ese viaje increíble. José no solo sobrevivió, desafió lo imposible.

Un Rescate de Milagro

El 30 de enero de 2014, la lancha encalló en el atolón Ebon, en las Islas Marshall, un lugar perdido en el Pacífico. José estaba flaco, con barba y pelo largos, pesando apenas 40 kilos. Los isleños lo encontraron y, aunque no hablaba inglés, con gestos les contó su historia. Lo llevaron a un hospital en Majuro, donde le diagnosticaron anemia, parásitos, insomnio y hasta miedo al agua. Pasó 11 días recuperándose.

Luego, por primera vez en su vida, tomó un avión rumbo a El Salvador. Volver a ver a su familia tras ocho años fue como renacer. Su mamá, María Julia, lo dijo clarito: “Es como si mi hijo hubiera nacido de nuevo”. Imagina los abrazos, las lágrimas, la alegría de estar vivo.

Las Dudas y el Regreso a la Vida

No todos creyeron su historia al principio. ¿Cómo no tuvo escorbuto? Los expertos explicaron que la carne cruda de tortugas y pájaros le dio vitamina C. Un polígrafo en 2014 y reportes de México –la lancha fue reportada perdida en 2012– confirmaron que no mentía.

En 2015, la familia de Ezequiel lo demandó por un millón de dólares, acusándolo de canibalismo. José juró que respetó su promesa de no tocar el cuerpo de su amigo. El caso se resolvió sin mucho escándalo, pero dejó cicatrices.

Hoy, en 2025, José vive en El Salvador, en un pueblo lejos del mar. Tiene unos 50 años, lidia con insomnio y traumas, pero intenta reconectar con su hija Fátima. En redes como X o Reddit, su historia sigue inspirando a quienes buscan relatos de supervivencia.

Un Legado que No Se Olvida

La odisea de José se convirtió en un libro: 438 Days: An Extraordinary True Story of Survival at Sea, escrito por Jonathan Franklin tras más de 40 entrevistas con él. Hay documentales en YouTube, artículos que analizan su hazaña. Para quienes en El Salvador o México conocen el Pacífico, esta historia pega cerca. Habla de emigrantes, de lucha, de esa fuerza latina que no se rinde.

Es una prueba de que el espíritu humano puede vencer cualquier tormenta. Si estás en San Salvador, Chiapas o cualquier lugar donde el mar tenga voz, esta historia te va a tocar. Gracias por leer, y si quieres saber más –cómo comía, qué pasaba por su mente–, solo dime. ¡Espero que esta vez te enganche!

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La Odisea de 438 Días: La Supervivencia de José Alvarenga

La Odisea de 438 Días

La increíble historia de supervivencia de José Salvador Alvarenga en el Océano Pacífico.

438

Días a la Deriva

10,800

Kilómetros Recorridos

1

Único Sobreviviente

El Viaje Inimaginable

Partiendo de la costa de Chiapas, México, una tormenta desvió a José Alvarenga y su compañero. Lo que siguió fue un viaje épico e imprevisto a través del Pacífico, impulsado únicamente por las corrientes oceánicas, que culminó en las remotas Islas Marshall.

🇲🇽

Punto de Partida

Chiapas, México

Nov. 2012

14+ Meses

🇲🇭

Punto de Rescate

Atolón Ebon

Ene. 2014

Línea de Tiempo de la Supervivencia

La odisea de Alvarenga estuvo marcada por hitos trágicos y triunfos de la voluntad humana. Esta cronología destaca los momentos clave de su lucha por la vida en un entorno implacable.

17 de Noviembre, 2012

Partida y Tormenta

José Alvarenga (36) y Ezequiel Córdoba (22) zarpan de Costa Azul, Chiapas. Dos días después, una fuerte tormenta daña su motor, dejándolos a la deriva.

Marzo, 2013 (aprox.)

Tragedia a Bordo

Tras meses de lucha, Ezequiel Córdoba sucumbe a la inanición y la deshidratación al negarse a comer animales crudos. Alvarenga queda completamente solo.

2013 - 2014

Lucha por la Cordura

Para no enloquecer, Alvarenga habla consigo mismo, canta y reza. Cuenta 15 ciclos lunares para mantener un registro del tiempo y se aferra a la esperanza de ver a su hija.

30 de Enero, 2014

Tierra a la Vista

Después de 438 días, su lancha encalla en el Atolón Ebon, Islas Marshall. Es descubierto por los locales, poniendo fin a su increíble prueba de resistencia.

La Dieta del Náufrago

La supervivencia de Alvarenga dependió de su ingenio para cazar y recolectar. El gráfico muestra una estimación de la importancia relativa de sus fuentes de sustento, donde el agua de lluvia fue el recurso más crítico y constante.

El Costo Físico

El prolongado período de inanición tuvo un efecto devastador en su cuerpo. Se estima que perdió casi la mitad de su masa corporal, llegando a pesar apenas 40 kg en el momento de su rescate, un testimonio visual de su terrible experiencia.

El Regreso a la Vida

El rescate fue solo el comienzo de un nuevo viaje: el de la recuperación y la readaptación. Enfrentó desafíos de salud, escepticismo público y el peso de su trauma, pero también experimentó el reencuentro con su familia y compartió su historia con el mundo.

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11 Días de Recuperación

Pasó sus primeros días de libertad en un hospital en Majuro para tratar anemia, deshidratación y parásitos.

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Dudas y Demanda

Su historia fue verificada, pero enfrentó una demanda de $1M de la familia de Ezequiel, que finalmente no prosperó.

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Un Legado Escrito

Su experiencia fue inmortalizada en el libro "438 Days" y varios documentales, inspirando a millones.

Infografía creada para visualizar una de las historias de supervivencia más extraordinarias de los tiempos modernos.