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lunes, 11 de mayo de 2020

La Tamalera de la Laguna de Cuzcachapa, Leyenda de El Salvador


 

La Leyenda de la Tamalera de la Laguna de Cuzcachapa

Bienvenidos apreciables amigos lectores de su blog favorito de leyendas de El Salvador y el mundo, vamos juntos a conocer una leyenda muy poco conocida o relatada del país, eso si, de esas que te gustan leer y esa es la leyenda de la Tamalera de la Laguna de Cuzcachapa, en el departamento de Santa Ana; toma asiento estimado amigo y amiga, lector y conozcamos juntos esta fantástica leyenda de El Salvador.

Laguna de Cuzcachapa

La laguna de Cuzcachapa estimados amigos, es un pequeño cuerpo de agua localizado en la ciudad de Chalchuapa en el occidental departamento de Santa Ana, su nombre significa "El agua Esmeralda" de los vocablos Chalchimit-a-Pa, pero también se le conoce como Chalchiupan, lo cual significa: "Ciudad donde abundan los jadeítas", la laguna es un cráter volcánico que colapso hace mucho y es de los primeros lugares en donde se registra actividad humana en El salvador antiguo; esto se sabe gracias a los asentamientos arqueológicos cercanos como Casa Blanca, El Trapiche, Tazumal, Las Victorias, Laguna Seca y Cuzcachapa. Todos de seguro se abastecían de agua en la laguna y es aquí donde se desarrolla la leyenda de la tamalera de Cuzcachapa.

La Leyenda de La Tamalera

Es en esta laguna estimados amigos lectores, en donde se origina y desarrolla la leyenda de La Tamalera de la Laguna de Cuzcachapa, esa mujer que siempre al llegar la medianoche sale con la venta de sus famosos tamales... ¿Te da curiosidad? Pues continúa leyendo y conozcamos la leyenda juntos a continuación. Relatan los lugareños y vecinos de Chalchuapa, que en la laguna de Cuzcachapa hace mucho tiempo atrás, pero mucho tiempo, amigos, en este sitio se aparecía una tamalera; ¿Nada fuera de lo común hasta aquí verdad? Pero de repente todo se vuelve misterioso. En una de las cuevas cercanas a la laguna era donde esta tamalera supuestamente residía y salía a medianoche con su venta de tamales, se dirigía siempre en dirección hacia los bosques de seguro para venderlos... ¿En los bosques?

Decían las personas que caminaban por el lugar o iban de noche a pescar en la laguna, que se veía de repente un fuego dentro de aquella cueva, no cabía duda y se imaginaban que de seguro alguien estaba cocinando o bien estaban haciendo fuego para calentarse por las noches; algunos fueron más osados y se acercaron un poco más y para su sorpresa al estar cerca se daban cuenta del olor que era exquisito. Claro, estaban cocinando tamales.

¡Los relatos de aquella época dicen que algunos vencieron el temor y se adentraron en la dichosa cueva, su sorpresa fue ver en el fondo de esta a una señora de espalda encorvada, salieron de la cueva y al poco rato también salió de esta la misteriosa señora y llevaba consigo a cuestas un pesado perol repleto de tamales, lo sabían por el exquisito aroma! Vieron a la señora marcharse como quien va con su producto en ruta de venderlo y le empezaron a gritar y llamar para poder comprarle algunos tamales, pero la señora ignoraba sus gritos y peticiones y continuaba su camino a través de la oscura noche sin escuchar a los vecinos y sus peticiones.

Lo único que la gente escuchaba en un tono tétrico y agudo era cuando ella decía: ¡Tamales de Pescado! Y siempre tenía un lugar específico para abandonar aquella misteriosa cueva. ¿Increíble verdad? 

Paso el tiempo y el rumor de la vieja tamalera se volvió popular en Chalchuapa y los alrededores de la laguna de Cuzcachapa, se hizo muy comentada, ya que los lugareños y pescadores, que eran muchos, la veían a diario por las noches salir de la cueva, claro con su famosa venta que jamás vendía y se internaba en lo profundo del bosque; siempre ignoraba a la gente y siempre salía a internarse en el bosque. Aquello ya era normal para los lugareños, pero todo cambiaría amigos, pues siempre había sido imposible alcanzarla para poder comprarle tamales, esos de tan exquisito olor y que a todos les despertaba el apetito.

Pues como en toda misteriosa leyenda, amigos, siempre hay quienes se aventuran más de lo que deben y en este caso no fue la excepción, a la laguna llegaron un grupo de amigos aventureros que habían planeado burlar a la anciana o bien ese supuesto espanto de ella, ellos tratarían de hacer lo que nunca antes nadie había logrado hacer y por supuesto eso era lograr comprarle tamales, esos que olían exquisito; llegaron a pescar una noche y a propósito su punto de pesca fue muy cerca de aquella cueva. De repente empezó la rutina de siempre y se encendió el fuego dentro de la cueva, esa era la señal y oportunidad que esperaban y decidieron entrar a la cueva para que la vieja les vendiese tamales.

Caminaron a través de la maleza y las piedras para llegar rápido a la cueva y lo lograron, pues ella estaba ahí cocinando, era una señora regordeta y de baja estatura, con su espalda encorvada y meneando aquel perol donde cocía sus tamales, ellos le saludaron de manera muy educada: buenas noches, estimada señora, ¿Será que nos puede vender algunos tamales? De esa manera se lo pidieron, pero ella siguió meneando aquel perol sin responder palabra alguna ni mirarlos siquiera; al rato les responde: siéntense que ya van a salir, algunos les dijo y estos hombres se sentaron a esperar en unas piedras alrededor de la cueva. Después de un rato, aquella señora fue sirviendo tamales uno a uno en hojas de huerta, el aroma a recién sacados era irresistible y aquellos hombres empezaron a comerlos de prisa, el delicioso sabor de la masa se deshacía en sus bocas, pero ese sabor cambio de repente y empezaron a sentir un sabor a carne podrida, comenzaron a decir que esos tamales no servían y decidieron reclamarle a la vieja.

¡Muy molestos ingresaron de nuevo a la cueva donde se encontraba el perol con los tamales, de repente empezaron a sentir un extraño temor, la piel se les erizaba y al ver el contenido del perol se asustaron aún más! ¡En este había restos humanos como cráneos, brazos, pies y otras partes más, las hojas de los tamales se volvieron piel humana! Los hombres gritaron: ¡Son tamales de muertos! Y salieron despavoridos de aquel lugar, justo en su fuga la señora salió frente a ellos y dio un sendo y aterrador grito que se escuchó en toda la laguna y parte de Chalchuapa, a la vez que dejo ver su rostro pálido por primera vez y era desfigurado, acompañado de una terrorífica sonrisa... así es como se originó la leyenda de la tamalera de la laguna de Cuzcachapa amigos en la bonita ciudad de Chalchuapa.

¡Nadie sabe dar fe, de sí aquello es un espanto, una bruja o un demonio! ¡Lo que si afirman los lugareños es que hay noches, aun hoy en día, que al pasar frente a la calle que de Chalchuapa va a la laguna, se escucha un aterrador grito! Pero no solo eso, amigos, pues los que frecuentan la laguna de noche para pescar, aseguran que ven fuego dentro de aquella cueva y sienten el olor a deliciosos tamales; eso si nadie hoy en día se atreve a comprobar si la leyenda es real o falsa. ¿Te atreverías a verificarlo? 

Esta es la leyenda de la Tamalera de la Laguna de Cuzcachapa amigos, en la ciudad de Chalchuapa, departamento de Santa Ana, en El Salvador; espero te haya gustado y si así fue, pues por favor compártela. Me despido por hoy y les espero en una próxima leyenda.

Fuente: leyendasdeelsalvador.com, chalchuapa.gob.sv, culturachalchuapaneca.blogspot.com



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